Hoy sí que me lo he pasado bien. Hacía dos días que no veía a Cascabel y esta tarde estaba con su mamá vieja en el parque y, en cuanto hice pis y caca tiré para allá y estuvimos un rato largo haciendo peleas de mentira. Mientras nosotros nos mordíamos y dábamos volteretas y liábamos las correas mi mamá y la suya hablaban de cosas que a los perros no nos importan nada. Tan solo mamá, de vez en cuando, nos vigilaba para que no nos pasáramos de la raya, pero, al ver que ninguno de los dos chillábamos, pues se quedaba más tranquila; aunque una vez vio que me había sacado el arnés, y otra que me puse a morder a Cascabel en los hocicos y me quedé colgando de sus pelos. Pasamos un rato fenomenal, incluso cuando ya nos íbamos cada uno para su lado, nos dimos la vuelta para volver a vernos.
Cascabel es muy majo y también es un cachorro como yo, pero su mamá no me gusta del todo. Cuando mi mamá y la mamá de Cascabel hablaban de nosotros y cada una decía lo que hacía y lo que no, la suya dijo que no lo dejaba entrar en la habitación cuando dormía porque “al fin y al cabo, son animales”. Nos llamó animales. Y yo creo que lo dijo como si eso no fuera muy bueno, la verdad.