A ti ya no te quiero y a ella no la quiero todavía… Las guerras me desgastan, mis propias guerras donde yo soy a la vez el que ataca y el que se defiende, donde soy, inevitablemente, el vencido y a la vez y después de muchas agonías, más que el vencedor soy solo un superviviente. Sí, a duras penas, pero siempre sobrevivo. He sobrevivido al hecho de alejarme de ti y he vencido porque, aun así, no te he olvidado. Ni he podido ni he querido olvidarte. Me palpo el alma y las cicatrices están aún tiernas y duelen un poco, pero cada vez se harán más duras y más rígidas y dolerán menos. Solo es cuestión de tiempo.
Ya no te quiero, es cierto. Era mejor para los dos e imprescindible para mí desde que te fuiste que dejara de quererte. La vida no acaba porque un amor termine, me lo dije tantas veces que acabé creyéndolo y así fue. Ahora ella, y yo mismo, esperamos pacientemente mi recuperación, nos vamos acercando al camino como niños que están aprendiendo a andar, tambaleantes y con miedo a caer, de volver a caer, pero con la curiosidad infinita de lo que podamos encontrarnos.
Nunca leerás estas líneas, pero necesitaba escribirlas; ya me conoces, pienso, pienso… pero, hasta que no escribo, no tomo verdaderamente conciencia. Pues bien, es cierto, a ti ya no te quiero y a ella no la quiero todavía. Todavía.
(De las memorias de Ismael Blanco)
Muy bueno. Quiero más!! 😉
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Guay,buenísimo. Gracias
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Fatal, me has roto en pedacitos, cada letra es un granito de sal en la herida… Abrazo
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Lo siento, pero solo sé escribir sobre lo que me llega o me sale del corazón. Y estas cosas, pasan. Gracias y un abrazo.
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