-Dedícame el libro, por favor.
Él entornó los ojos unos instantes y luego le pidió su barra de labios. Se pintó los suyos con el carmín y los puso una y muchas veces sobre la contraportada intacta y sobre la hoja de la dedicatoria del autor. Y se lo entregó así, todo lleno de besos.
Maravilloso. Eres, eres …….buenísima. Gracias por despertar cada día en todos los que te seguimos, ternura, nostalgia, recuerdos…etc
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