Añoranza

Te espero. Nadie puede comprender; nadie puede saber hasta qué punto necesito tus caricias, el dulce tacto de tu piel, tus manos tibias sobre mis curvas, tu aliento cálido que me envuelve mientras, más que mirarme, me imaginas como tú quieres que sea…

… No has vuelto, amor, y yo apenas puedo recordar tus ojos; voy languideciendo en esta soledad y en este frío pero, a veces, me parece evocar la caricia de tus manos y me sobresalta el latido de mi corazón de serrín.

SAM_3502-001

Autor: AdelaVilloria

Trabajo para poder comer. Escribo para poder vivir.

Un comentario en “Añoranza”

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: