Hoy es 20 de noviembre, y, como siempre, cualquier situación puede empeorar, o, al menos, no mejorar. Nos pareció una liberación aquel 20 de noviembre y resulta que no podemos ya ni hacer fotos de las manifestaciones, para que no quede constancia, para proteger la impunidad, que no la presunción de inocencia, que en seguida hay algún vecino haciendo vídeos con el móvil. Sí, también es el día del Niño, de ese niño que se muere de hambre lejos de aquí, o que se droga para ser soldado en una guerra aniquiladora, o que va al colegio con nuestros hijos y solo come un par de veces al día, o que espera a que sus padres lleguen con lo que han recogido de la basura, o que bebe el único vaso de leche que se sirve en casa. O ese niño que no puede ir al médico porque no tiene tarjeta sanitaria, o no puede pagar los medicamentos que le prescriben, o ese niño que no podrá ir a la Universidad porque ES POBRE, y se verá así condenado a ser siempre pobre.
Sí, hoy es 20 de noviembre. Está claro que, como sociedad, tenemos mucho que celebrar.
Amén!
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